domingo, 30 de noviembre de 2014

Aceite de coco


Foto: Rebeca Divinedecay

Hoy os escribo para hablaros del aceite de coco.
Si te entretienes a buscar algo de información descubrirás que es uno de los aceites más versátiles que existen. Éstas son sólo algunas de las muchas propiedades que tiene:

- Es altamente hidratante, por lo que es excelente para mascarillas de cabello y para la piel.

- Ayuda a prevenir y eliminar infecciones.

- Puede usarse como colutorio o pasta dental ya que previene la placa y la gingivitis.

- Es excelente para cocinar. No se oxida al calentarlo y mantiene todas sus propiedades.

- Aporta vitalidad, estimula el metabolismo y ayuda a quemar calorías.

- Sus ácidos grasos pueden ayudar a personas con colesterol, pacientes de alzheimer o reducir las convulsiones en los epilépticos.



...Vamos, que visto así parece que comprar ese aceite es como tener la panacea universal.

¿Cuál uso? 


Desde que estoy con el Co-Wash, he estado buscando productos sin siliconas que me ayuden a hidratar el pelo, y ahora que estoy en esta fase de hierbas-lover voy probando con productos naturales para ver si dan resultado.

Decidí ir a la herboristería a por un bote pequeño para probar, -tampoco quería comprar 4kg por si no me gustaba- y encontré éste:



La chica, muy mona ella, me dijo que era aceite de coco sin refinar, totalmente orgánico y de primera prensada -es algo así como si tú mismo te hubieras subido al cocotero y hubieras hecho el aceite con tus manos- Eso se transforma en casi 8€ por 200ml, pero como estaba emperrada en probarlo lo compré.

Ella me dijo que lo usaba para cocinar; una cucharadita con el arroz blanco acabado de hervir le daba un toque buenísimo. Pero yo decidí llevármelo al baño y embadurnármelo por la cabeza. Así, sin más, como quien se suena los mocos con un billete.
Por cierto, tengo que probar lo del arroz pero con otro bote, que éste lo tengo sólo para el pelo. No me hace mucha gracia usarlo en la cocina cuando lo he cogido con las manos y algún que otro pelillo turquesa se ha quedado por ahí...

Cuando llegué a casa, lo primero que hice fue abrir el bote para olerlo y sentí que una fuerza sobrehumana me obligaba a meter el dedo y probar un poquitín... madre del amor hermoso ¡qué olor más rico!. Menos mal que es comestible porque, si no, no sé quién me hubiera tenido que parar.
A parte de su olor ¡está super rico!. No tiene misterio; sabe a coco.

Su textura es como de cera rayada, pero cuando lo tocas se funde rápidamente entre los dedos y queda líquido.



¿Cómo lo uso?



Había leído que si tienes el cuero cabelludo graso no es aconsejable aplicártelo en todo el pelo, pero también leí que funciona como regulador de grasa y que incluso puede eliminar la caspa porque tiene propiedades anti-hongos y anti-bacterias así que decidí probar y me lo puse por todo de la siguiente manera:

- Te aconsejo que no apliques directamente del bote, frota el aceite entre tus dedos/manos para calentarlo si no quieres acabar con pelotillas blancas en el pelo y en el suelo del baño. Me pasó la primera vez y duele tener que tirar esos trocitos de ''oro blanco''. Hay gente que lo calienta al microondas o al baño maría, pero con el simple calor de tus manos creo que es suficiente, además, así no estropeas su composición con calor artificial (manías raras que tengo...mira)

- Con el cabello seco (el agua repele el aceite y no penetrará si está húmedo) y desenredado, masajea cada centímetro del cuero cabelludo con un poquito de aceite. Tardé unos tropecientos minutos, pero al final conseguí que estuviera cubierto.

Aplica en el resto del pelo con un masaje para que el aceite entre en el pelo y peina. ¡Es una pasada lo bien que se peina!.

- Un moño y a la cama con una toalla encima de la almohada.

La primera sensación fue super agradable, tanto por el pelo que parecía que se estaba atiborrando a nutrientes nada más tocarlo, como por el olorcito a coco.

Tengo que admitir que cuando me lo puse parecía que estaba en Hawaii con una piña colada y un floripondio en la oreja, pero cuando llevaba media hora con eso en la cabeza me empecé a agobiar por el olor. Tanto que me llegué a sentir empachada y me notaba la cena en el cuello.
Pero bueno, es muchísimo mejor este olor que el de la mascarilla de huevo (yo es que con el olor de huevo no puedo).
Además, las manos me quedaron escandalosamente suaves y aproveché lo que me había quedado en ellas para restregarlo por la cara y el cuello (¡que no se tira nada!) y creo que he encontrado el ingrediente perfecto para una mascarilla hidratante casera porque no deja sensación aceitosa y se absorbe de maravilla.




Por la mañana, cuando me desperté, me duché como de costumbre. Te aconsejo que laves el pelo dos veces para eliminar cualquier resto de aceite.

Sólo en la ducha ya noté el pelo más grueso, no absorbió tanta agua (imagino que porque ya estaba lo suficientemente hidratado) y tardó muy poco en secarse. Una vez seco no parecía el mismo. Suave, desenredado y suelto.
Lo mejor es que también he notado que esas heriditas que tenía en la parte de la nuca se me están curando.
Una maravilla hoygan :D
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